Max Rendimiento tiene por objeto brindar servicios de Preparación Física y Mental a aquellos pilotos que deseen desempeñarse en el automovilismo actual en su máximo potencial. Utilizamos como sede el Megatlon de Nuñez con amplias instalaciones, gimnasio de primer nivel, pileta de natación y sauna. Espero que disfruten de este Blog y nos ayude a mantenernos en contacto para cualquier inquietud al respecto.

27 de noviembre de 2011

GUIDO, ETERNAMENTE EN NUESTRO CORAZÓN!!!!



 -Profe, qué piloto quisieras que venga al Equipo para el 2008?
Sin dudar contesté: -  Guido Falaschi.
 – Subí a mi oficina que te lo presento, ya es Piloto del GF Racing.

Allí estaba Guido, con su mirada pícara sentado junto a la mesa grande dispuesto a una reunión para trazar planes con el fin de encarar lo que después fue un gran 2008. Así Guido entró a mi vida, así de simple entré en la suya, así de simple conformamos un hermoso grupo de trabajo junto a Martín Serrano, Francisco Troncoso y Tato Salaverría.
Trabajamos durísimo durante todo el 2008, mejoramos ostentosamente la parte física, pero fundamentalmente desde las distintas áreas técnicas del GF Racing abordamos el mejoramiento de su actitud mental. Hablábamos permanentemente acerca de los planes de carrera, por ese entonces escuchábamos atentamente las enseñanzas del Super Campeón de las Formulas acerca de cómo encarar un campeonato, que de eso Gabriel Furlan sabe mucho y ha sido más que generoso con sus pilotos. Sin dudas el camino había sido allanado por Sergio Polze, que le inculcó los primeros conceptos sobre los cuales nos basamos para continuar con la formación de Guido. Al mismo tiempo “El Principito” había comenzado su camino hacia la consagración por el lado del TC Pista y era el Pato Silva otro de sus maestros sin saberlo, por su temple para encarar las carreras y su paciencia para esperar las oportunidades, cosas sumamente importantes que Guido tenía que aprender. Por ese entonces Falaschi era considerado un piloto rápido pero algo temperamental, el buen manejo de las emociones durante sus actuaciones en pista era uno de los objetivos a lograr. Víctor, su papá, confió en mí para continuar el trabajo durante su campaña en el TC Pista, hecho que me llevó a hacer mis primeras armas sobre autos con techo. Fue un gran año aquél 2008 donde Guido obtuvo el Campeonato de Formula Renault y el Sub-Campeonato de TC Pista. Jamás olvidaré la anécdota de Paraná cuando se quedó con la palanca en la mano antes de salir a pista y ganó la carrera, la hazaña en San Juan junto a Martín Serrano y todo el GF Racing, su carrera en la F3 y los masajes en el cuello, los partidos de mano vasca que jugábamos en Santa Fe antes de la carrera junto con el resto de los chicos, ese asado de Fin de Año junto al plantel del GF Racing y el abrazo con todo el equipo llorando porque no se quería ir de nuestro lado.
Nuestros caminos se volvieron a cruzar cuando creé “Max Rendimiento” y lo llamé para que se sumara al grupo de pilotos que entrenaban conmigo. Otra vez Guido y su familia volvieron a confiar en mí. Finalizamos el 2010 y encaramos el 2011 con mucha energía, realizando un muy buen trabajo de pretemporada. Silvio Villalba (HAZ) fue una pieza clave en nuestra nueva relación manteniéndome al tanto de todo el acontecer de Guido durante los fines de semana. Sabíamos que iba a ser un año duro y que debía estar preparado para tolerar las presiones de fin de año. El final de la historia lo conocen todos y se ha escrito mucho sobre eso. 
Todos lo conocieron a Guido en Pista, pero muchos se preguntarán cómo era fuera ellas. Un pibe como cualquier otro, la luz de los ojos de sus papás, querido por todos sus mecánicos, le gustaba jugar a la pelota (un morfón bárbaro), tímido pero decidido al mismo tiempo, no le gustaban las reglas y las desafiaba, cariñoso con sus allegados, pícaro para zafar de las macanas. Un pibe común con un gran talento para llevar los autos de carrera y convertirse en ídolo con tan solo 22 años.

Querido Guido: extrañaré esa manota pesada que apoyabas sobre mi hombro apretando fuerte con el pulgar solo para molestarme, tus amagues haciendo que nos ibas a apretar los h..vos, cuando aminorabas la velocidad de la cinta o cuando me querías bajar la malla en la pileta (cosa que nunca lograste), tus faltazos sin avisar y tus picardías a la hora trabajar. Guido era un jodón bárbaro y cuando me enojaba solucionaba todo dándome un abrazo y un beso, así de simple eran las cosas entre nosotros. Salíamos de entrenar y de vez en cuando comíamos juntos en la Shell de la esquina, charlábamos de la vida y de nuestras cosas. Últimamente no nos veíamos tanto, pero en cada encuentro nos cruzábamos en un abrazo más que de Profe y Alumno, de verdaderos amigos.

No creo en la fatalidad y sí creo en la causalidad. Guido nos dejó una enseñanza, de la forma más dura, que debemos aprovechar. Es la mejor manera de homenajearlo.
Habrá que trabajar por un automovilismo mejor, más profesional, con un proyecto nacional con expectativas de logro claras en cada etapa. Donde las Escuelas de Pilotos sean verdaderamente formativas y donde las licencias se otorguen de acuerdo a las capacidades individuales y no adaptándose a las necesidades económicas de las Categorías y/o Equipos. Los pilotos deberán reclamar condiciones de seguridad lógicas y adecuadas, con las mismas normas para todas las categorías, porque la seguridad se apoya en conceptos científicos aceptados universalmente y no en las subjetividades de las conveniencias de cada ente.

Los chicos del Gym te extrañaremos mucho Guido, nuestros ojos ya no te podrán ver, pero te seguiremos buscando hasta resignarnos, ese será el último aprendizaje, el más difícil, el de aprender a verte con los sentidos del corazón, porque las personas solo mueren cuando son olvidadas por aquellos que las amaron. Hasta siempre AMIGO!!!!


Esta nota está dedicada a Víctor y Graciela, por el profundo respeto y confianza que han tenido siempre en mi trabajo y por los hermosos momentos que nos tocó compartir en los autódromos.