Juguemos con la imaginación

Ayrton Molina - Visualizando la vuelta antes de salir a clasificar

Quién no ha escuchado alguna vez que la imaginación no tiene límites. En efecto, nuestro imaginario trasciende las fronteras del mundo material, nuestro cerebro tiene la capacidad de producir situaciones por las que probablemente nunca hemos pasado y generar aprendizajes o experiencias que más adelante podremos capitalizar.

Stephen Covey habla en uno de sus libros sobre “las dos creaciones”. Plantea que en todo hacer del hombre siempre hay dos creaciones, una mental seguida por otra creación física. Un Arquitecto primero hace el plano de la casa y luego la construye, sin un buen plano no hay una buena casa. Conclusión el que mal piensa mal ejecuta. Basados en este principio podemos decir que si somos dueños de nuestra imaginación y si construimos las imágenes mentales acertadas seguramente traerán como consecuencia realizaciones acertadas y coherentes con nuestros propósitos.

Planteado así parece muy fácil, pero…¿ qué es lo que permite hacer las construcciones mentales correctas en el caso de un piloto de automovilismo?

Evidentemente las construcciones mentales se basan en el conocimiento, las capacidades individuales y la experiencia de cada uno. Difícilmente un piloto pueda visualizar correctamente un circuito que nunca ha visto. Cuantos más detalles conozca mejor será la imagen mental que construirá. Otro factor condicionante es la experiencia de quien ejecuta esta técnica, lleva tiempo poder realizar visualizaciones en forma eficaz. Un piloto principiante en esta técnica se ve desde afuera de la situación, visualiza su auto como desde el aire y genera imágenes mentales inexactas con muy pocas sensaciones kinestésicas. Con el tiempo, una vez dominada esta técnica, el piloto viaja dentro del auto y ve el circuito tal como es, puede sentir la presión del cinturón de seguridad, como su cuerpo se somete a la fuerza G, los ruidos del motor, los olores característicos, la adrenalina corriendo por sus venas y su corazón latiendo aceleradamente. Siempre les comento a mis pilotos…nada mejor como estas vueltas baratas donde no se gasta el combustible, ni las gomas y los fuera de pista con roturas  no resienten el presupuesto!!!!

Habitualmente antes de las carreras de la Formula Renault les pedía a los pilotos  que visualicen un par de largadas, imaginando distintas alternativas y resolviéndolas en forma eficaz y sin errores. Ese día Iván Ciccarelli llevaba puesto un cardiotacómetro para hacer un seguimiento de su frecuencia cardíaca durante la carrera y afortunadamente pude comprobar que cada vez que visualizó las largadas su frecuencia cardíaca subió a 172 ppm (pulsaciones por minuto), exactamente las mismas que tuvo en el momento de la largada real. Evidentemente su cerebro recreó muy bien el escenario y su cuerpo sintió la misma sensación de stress emocional tal como si estuviera sucediendo realmente. Podemos decir que el cerebro no distingue entre lo que sucedió en el mundo ficticio o en el material, por lo tanto podemos sumar experiencia en pista, resolver situaciones y muchas cosas más…simplemente generando las imágenes mentales adecuadas. Todo se almacena en un gran archivo de datos y ante un determinado estímulo externo nuestro cerebro bien entrenado podrá dar la respuesta adecuada sin importar si la experiencia proviene del mundo mental o material.

El poder de la mente no tiene límites y puede llevarnos al éxito, simplemente tenemos que aprender a direccionar nuestros pensamientos, enfocarnos y dejar que las cosas fluyan.

Profundizaremos el tema en otras entradas, no se olviden de dejar sus comentarios y críticas respecto al tratamiento de los distintos temas, son de gran ayuda para mí.

Hasta la próxima entrada.